Hice algo de lo que no sé si me arrepiento y tengo que desahogarme. Por cosas de la vida en pandemia, terminé cuidando la casa de mi prometido mientras él anduvo fuera. Su hijo universitario es IDÉNTICO a él, pero tiene un físico que te mueres y es harto más extrovertido. Un día lo fui a despertar bien arregladita, en lencería y con una bata así para calentarle la sopa de lejitos imaginando que era mi Manu. Hablamos de la vida, del estrés y entre eso quedamos en que me hiciera un masaje. Me desanudé la bata, la solté y me puse boca abajo. Sentía sus manos fuertes recorriendo mi espalda y en eso de que me rozaba sutilmente su entrepierna cada vez más dura se me escapó un gemido. Me di vuelta, nos miramos fijo como con sorpresa y tanta fue la calentura que ni cuenta me di cuando ya lo tenía dentro, con su pene como llenándome toda mientras miraba el sudor recorrer sus calugas. Juro que jamás pero jamás había tenido un sexo tan rico y por tanto rato. Les juro que desperté con todo el cuerpo adolorido como si hubiese corrido una maratón. Ahora cuando comemos en la mesa bromeamos harto, como si fuésemos amigos y eso me pone muy cerda. Más encima mi prometido llega la otra semana pero quisiera que no. Estoy como viviendo un sueño erótico y no quiero despertar!
Que debería hacer?